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Son importantes por las siguientes razones:

• Permiten morder y masticar la comida
• Actúan de guía para los dientes permanentes. Algunas muelas de leche no se caerán hasta los 11-12 años.
• Guardan el espacio a los dientes permanentes que saldrán más tarde.
• Ayudan a pronunciar algunas palabras.
• Son muy importantes para la autoestima del niño y para la sonrisa.

Los primeros dientes aparecen, normalmente, a los 6 meses de edad.

• Los cuatro dientes de delante (dos arriba y dos abajo) son los primeros en aparecer a partir de los 6 meses de edad.
• Al cumplir los dos años y medio, todos los dientes y muelas de leche han erupcionado.
• Hay 20 dientes de leche: 10 arriba en el maxilar y 10 abajo en la mandíbula.
• Recuerda que los primeros molares definitivos (permanentes) salen por detrás de la última muela de leche, en torno a los 6 años de edad.

La pérdida de un diente puede deberse a procesos patológicos, como la caries y la enfermedad periodontal, a agenesias o a traumatismos. Lo fundamental es reponer la pieza ausente cuanto antes con el fin de evitar las consecuencias negativas que esto puede tener en el resto de la boca.

¿Qué ocurre si no repongo un diente perdido?

La ausencia de dientes tiene repercusiones:

–Biológicas: debido al espacio libre dejado por el diente perdido, los dientes empiezan a desplazarse. Como consecuencia de esta modificación de la posición natural de los dientes la higiene de la zona es más complicada y favorece la aparición de zonas retentivas de placa, provocando inflamación en las encías y aparición de caries. En la arcada contraria el diente antagonista al ausente continúa erupcionando al no encontrar el contacto con el diente correspondiente, lo que dará lugar a la exposición de la raíz, apareciendo en consecuencia sensibilidad dental, movilidad y a la larga, posible pérdida de este diente.

–Fisiológicas: la falta de un diente provocará el impacto de la comida en la encía durante la masticación, lo que provocará lesiones en la misma y una trituración en muchos casos insuficiente. En consecuencia, se desarrollará una tendencia a masticar preferentemente con el lado opuesto.

–Funcionales: se producen alteraciones en la oclusión. Estas variaciones en el patrón de mordida dan lugar a una inestabilidad oclusal que pueden desembocar en problemas articulares a nivel de la ATM (articulación temporo-mandibular). Del mismo modo, la ausencia de un diente puede traducirse en la sobrecarga funcional de los adyacentes, que tienen que cumplir la función del diente perdido.

–Estéticas: la ausencia de dientes que se muestran habitualmente en sonrisa o al hablar tiene un gran impacto psicosocial, disminuyendo notablemente la calidad de vida del paciente.

Con el fin de evitar todas estas posibles consecuencias, se han desarrollado diferentes formas para reponer los dientes perdidos. En Clínica Dental Valiente ofrecemos a nuestros pacientes diversas opciones de tratamiento para sustituir los dientes perdidos con el objetivo de minimizar el impacto que la ausencia del diente puede acarrear en su salud bucodental.

En España se estima que el tabaquismo causa más de 52.000 muertes anuales, la mitad de ellas por cáncer. Más de 4.700 sustancias tóxicas están presentes en el humo del tabaco, y estas pueden afectar a casi todos los órganos del cuerpo, incluyendo la cavidad oral.

Se ha demostrado científicamente que el consumo de tabaco aumenta las probabilidades de padecer cáncer oral y de la aparición de lesiones premalignas. Estas últimas son alteraciones que aparecen en la mucosa de la cavidad oral y que presentan gran probabilidad de malignizar, dando lugar al desarrollo de cáncer oral.

Por otra parte, el consumo de tabaco puede causar alteraciones en la composición y flujo salival que provocarán halitosis, aumento de caries, dificultad para masticar o tragar, alteración en el sentido del gusto y del olfato y una mayor predisposición a infecciones orales.

Asimismo, el tabaco está relacionado con una peor curación de las heridas, por eso no se debe fumar tras una extracción dental o una cirugía de colocación de implantes.

Diversos estudios han determinado mayor pérdida de dientes en aquellos pacientes fumadores, pues las sustancias tóxicas del tabaco tienen una gran afectación a nivel del periodonto (tejidos que rodean al diente).

Las consecuencias a nivel estético son evidentes: el hábito de fumar decolora los dientes y da lugar a la aparición de manchas. Del mismo modo, el tabaco disminuye la elasticidad de la piel, lo que causa mayor aparición de arrugas, especialmente en la zona del contorno labial, donde a los efectos sistémicos del tabaco se une el contacto más cercano con el humo y la contracción muscular de los labios en el acto de fumar.

Información obtenida de la Sociedad Española de Periodoncia e Implantes Dentales (SEPA) en colaboración con el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).

Aquí te dejamos 5 sencillos pasos para lograr una adecuada higiene bucodental

1. Cepilla tus dientes tres veces al día con una técnica adecuada. Es esencial cepillarse después de cada comida con movimientos de barrido suaves y cortos por todas las caras de los dientes y las muelas. Evita hacer excesiva fuerza para no dañar tus encías. Cambia el cepillo de dientes cada tres o cuatro meses.
2. Utiliza un dentífrico rico en flúor que fortalezca el esmalte de tus dientes. Puedes encontrar varios tipos de pasta de dientes (para dientes sensibles, blanqueantes, coadyuvantes en tratamientos gingivales…), elige aquel más adecuado a tus características. No es necesario utilizar gran cantidad de dentífrico, con la cantidad equivalente al tamaño de un guisante es suficiente.
3. Utiliza seda dental. Con ello lograrás limpiar aquellas zonas entre los dientes a las que el cepillo no logra acceder. Debes realizarlo diariamente utilizando una técnica cuidadosa para no dañar tus encías.
4. Enjuágate con un colutorio adecuado. Existen gran variedad de colutorios en el mercado con diferentes composiciones, la cual determina sus efectos. Pregunta a tu dentista cuál es el colutorio más adecuado para ti en función de tus necesidades. El enjuague bucal es beneficioso pero nunca puede sustituir al cepillado, se trata de un complemento en la higiene bucal.
5. Limpia tu lengua. Puedes limpiarla pasándote el propio cepillo de dientes o utilizar raspadores linguales, diseñados especialmente para ese fin.