Repercusiones del tabaco en la salud bucodental

En España se estima que el tabaquismo causa más de 52.000 muertes anuales, la mitad de ellas por cáncer. Más de 4.700 sustancias tóxicas están presentes en el humo del tabaco, y estas pueden afectar a casi todos los órganos del cuerpo, incluyendo la cavidad oral.

Se ha demostrado científicamente que el consumo de tabaco aumenta las probabilidades de padecer cáncer oral y de la aparición de lesiones premalignas. Estas últimas son alteraciones que aparecen en la mucosa de la cavidad oral y que presentan gran probabilidad de malignizar, dando lugar al desarrollo de cáncer oral.

Por otra parte, el consumo de tabaco puede causar alteraciones en la composición y flujo salival que provocarán halitosis, aumento de caries, dificultad para masticar o tragar, alteración en el sentido del gusto y del olfato y una mayor predisposición a infecciones orales.

Asimismo, el tabaco está relacionado con una peor curación de las heridas, por eso no se debe fumar tras una extracción dental o una cirugía de colocación de implantes.

Diversos estudios han determinado mayor pérdida de dientes en aquellos pacientes fumadores, pues las sustancias tóxicas del tabaco tienen una gran afectación a nivel del periodonto (tejidos que rodean al diente).

Las consecuencias a nivel estético son evidentes: el hábito de fumar decolora los dientes y da lugar a la aparición de manchas. Del mismo modo, el tabaco disminuye la elasticidad de la piel, lo que causa mayor aparición de arrugas, especialmente en la zona del contorno labial, donde a los efectos sistémicos del tabaco se une el contacto más cercano con el humo y la contracción muscular de los labios en el acto de fumar.

Información obtenida de la Sociedad Española de Periodoncia e Implantes Dentales (SEPA) en colaboración con el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).